Los monosacáridos se unen mediante enlace O-glucosídico
Se trata
de un enlace covalente, por condensación, entre dos monosacáridos. La reacción
se produce entre un hidroxilo cualquiera de un monosacárido con el grupo –OH del
carbono anomérico (C-1 en aldosas y C-2 en cetosas) de otro monosacárido.
Los disacáridos pueden ser α y β
dependiendo de la posición del –OH del carbono anomérico.
Este enlace permite la extensión
de la molécula, ya que queda libre en la mayoría de los casos un –OH del
carbono anomérico para realizar otro enlace O-glucosídico. Así se formarán los
oligosacáridos o polisacáridos. Si el enlace entre dos monosacáridos deja libre
un –OH del carbono anomérico, se denomina monocarbonílico.
Si no queda libre ninguno se denominará dicarbonílico, lo que imposibilita la extensión de la molécula.
Si el enlace se produce entre el
grupo hidroxilo del carbono anomérico y una amina, se denominará N-glucosídico. Es importante, por
ejemplo, en la formación de nucleótidos.
Tanto el enlace O-glucosídico como el
N-glucosídico se pueden dar entre proteínas y monosacáridos, dependiendo
que radical del aminoácido se una.
Los disacáridos puede ser o no reductores
La unión de dos monosacáridos
produce una gran variedad de moléculas. Las más comunes se forman con al menos
una D-glucosa. El hecho de que el enlace sea del tipo α o β, dará unas propiedades
muy distintas. Por ejemplo, la unión por enlace (α1-->4) de dos D-glucosa
produce maltosa, pero si la unión es
(β1-->4),
se obtiene celobiosa. Los humanos
podemos digerir con facilidad la primera, pero no la segunda, ya que carecemos
de enzimas hidrolíticas que rompen sus enlaces.
También son importantes los
disacáridos unidos por monosacáridos diferentes, como son la lactosa y la
sacarosa. La lactosa se produce
mediante uniones (β1-->4) entre la galactosa y la glucosa. La sacarosa
está formada por glucosa y fructosa mediante enlace (α1-->β2).
Los disacáridos monocarbonílicos
(maltosa, lactosa…) serán azúcares
reductores, sin embargo, los dicarbonílicos (sacarosa…) serán azúcares no reductores. En conclusión,
si presentan un carbono anomérico libre tendrán poder reductor.
Los oligosacáridos aportan “información” a las moléculas que los portan
Un oligosacárido se identificará por las moléculas que lo
formen, por su secuencia, las formas anoméricas y los enlaces que lo
comprendan. Esta variedad aporta una gran información a la molécula que lleve
unido el oligosacárido, ya que este tipo de moléculas suele asociarse a proteínas
o a lípidos.
Una característica en la naturaleza de los monosacáridos que
forman estas estructuras oligosacáridas es la aparición de azúcares complejos
(N-acetilglucosamina, N-acetilneuroamínico…) y de azúcares ácidos.
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